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ene. 19
El invierno continúa su marcha, aunque sinceramente se parece más a un otoño lluvioso y gris. El ambiente no nos invita a ser activos, mientras que las bajas temperaturas y lo rápido que se hace de noche tampoco nos animan a salir a dar paseos largos ni pasarnos el día en el parque. Además, teniendo en cuenta que este año no parece que vaya a nevar mucho, salir y disfrutar del aire fresco no parece tan atractivo.
La mayoría de las veces pasa que cuando a nosotros, los adultos, lo único que nos apetece es acurrucarnos bajo una manta con una taza de té caliente y sobrevivir hasta la primavera, los niños siguen estando repletos de energía. Y como no saben cómo emplearla, buscan cualquier excusa para hacer trastadas por casa. No es casualidad que la mayoría de heridas en la cabeza y armarios rotos se sufran en invierno. Hoy os presentamos unas cuantas propuestas para que organicéis un espacio de desarrollo para los niños, uno que todo el mundo pueda utilizar; los padres, porque van a tener bajo control todas las ideas de bombero de sus criaturas, y los niños, porque estos juegos de los que vamos a hablar no sólo les permiten desahogarse, sino que también desarrollar muy bien la motricidad gruesa. La motricidad gruesa, o el desarrollo de la habilidad general del niño, influye enormemente en la mejoría de la motricidad fina y de cuestiones aparentemente no relacionadas con ella, como el discurso o la escritura. Su desarrollo es prioritario. Si transcurre sin incidentes, sienta las bases para el resto de actividades, como la concentración, la coordinación visomotora o la orientación espacial. Nuestras propuestas no requieren una superficie muy grande ni demasiado desembolso. Puedes implementarlas hoy mismo si quieres sin poner la casa patas arriba.
Balancines, barras de equilibrio y túneles
Todos estos elementos contribuyen a que el niño adquiera consciencia sobre su propio cuerpo y mejore su equilibrio. Además, ninguno cuesta más de 50 euros y puede usarse tanto en casa como fuera. Estos productos se pueden disfrutar sin parar casi en cualquier sitio. Además, se pueden emplear de distintas maneras que a los adultos nos pueden parecer curiosas. Todo depende de la imaginación de vuestros niños. El balancín, el túnel y la barra de equilibrios cubren necesidades muy importantes de todos los infantes, independientemente de su edad. Por ejemplo, la necesidad de escalar y arrastrarse, que no sólo son un juego maravilloso, sino un elemento fundamental del desarrollo adecuado del niño.
Columpio
No necesitáis muchas cosas para instalar un columpio, sólo el producto, un gancho y un techo sólido. Da igual que compres un columpio de malla, uno del estilo hamaca o un columpio clásico de los del parque. Puedes tener la seguridad de que va a estar ocupado todo el rato. Como todos sabemos, los columpios son el objeto más deseado de todos los parques, y los niños pueden pasarse horas subidos en ellos. Además, el balanceo impacta positivamente en el desarrollo del cerebro y del aparato locomotor, algo de lo que ya hemos hablado. Si compráis un columpio, tened en cuenta la edad del niño. Para los más pequeños, la mejor solución será un columpio seguro con peldanos, y para los más mayores, uno estilo hamaca en el que puedan tanto jugar como descansar.
Aprovecha la litera
Aunque fundamentalmente sirve para dormir, nos parece que no hay un infante en el mundo que la use sólo con este fin. Obviando temas clásicos como que el niño monte una base en la cama, una nave o un escondite de los padres, podéis aprovechar la cama para que contribuya a desarrollar su motricidad gruesa. Si al elegir la litera o la cama alta habéis puesto énfasis en la calidad de los materiales y la estabilidad de la estructura, realmente puedes modificarla a tus anchas.
Uno de los cambios más sencillos es añadirle a la escalera de serie una de cuerda. Es una opción fantástica en el caso de las literas, ya que permiten montar la escalera tanto a los lados como por delante. Así, las escaleras no se estorban ni ocupan un lugar extra. Entrar a la cama por la escalera de cuerda es bastante más difícil que por la tradicional. Implica a todos los músculos, profundos incluidos, y ayuda a entrenar el equilibrio. Probablemente los primeros intentos de subir por la escalera de cuerda sean infructuosos porque se balancea, pero con insistencia y un poco de astucia, seguro que vuestros hijos acaban dominando la escalada.
Otra idea interesante es construir una pared de escalada en una de las paredes cortas de la cama. Suena difícil, pero en realidad es bastante sencillo. Esto es lo que hay que hacer: vais a necesitar contrachapado de 2 cm de ancho y taladrar unos agujeros para poder atornillarlo al marco de la cama. Los asideros se pueden adquirir en cualquier tienda deportiva o en internet por poco precio. Instaladlos a la altura adecuada a la edad del niño, ¡y listo! Diversión garantizada durante horas.
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