La gran mudanza: ¿cómo pasar a tu hijo de la cuna a la cama?

Es una solución muy cómoda para ambas partes: los padres se sienten más seguros teniendo al bebé a su alcance, y además no es tan cansino tener que levantarse cada poco, ya que no hay que ir a otra habitación. Por su parte, el niño nota la presencia de su madre, lo que le permite dormir más plácidamente. Sin embargo, tarde o temprano llega el momento en el que vuestro hijo deja de ser un bebé y hay que pasarlo de la cuna a una cama de "adultos". Lo más común es que esto ocurra entre su segundo y su tercer año de vida, cuando el infante es lo suficientemente independiente como para explicarle el cambio. Además, en ese periodo ya hay menos posibilidades de que se despierte por la noche varias veces. Aún así, es un momento difícil y estresante para ambas partes, por eso te aconsejamos para que el proceso transcurra de manera fluida y natural.

Elige el momento adecuado
Si has de mudar a tu niño a una cama nueva y más grande, elige un momento de su vida en el que no haya demasiados cambios ni revoluciones que puedan provocarle ansiedad o malestar. Nos referimos por ejemplo a cuando entra a preescolar o nace su hermano/a. No cabe duda de que esos no son los mejores momentos para mudarle a una cama nueva. Aunque durante el día no se note que el nino sufra emociones complicadas debido a los cambios, esto se puede manifestar por la noche, y entonces necesitará a su madre más cerca que nunca.

El cambio de la cuna a la cama de niño mayor requiere cambiar de habitación también. Explícale al niño las ventajas de tener su propia habitación y garantízale que en cualquier caso puede ir a dormir a la vuestra si lo necesita. Deja que elija el color de las paredes y los accesorios para que sienta que se encuentra en su reino. Si la estética del niño se aleja bastante de tu gusto, no tengas miedo de negociar. No obstante, hazlo de manera que tu retono sienta que tiene el poder de decisión a la hora de decorar sus aposentos. Cuanto más atractiva e interesante sea su habitación, menos le costará mudarse y menos problemas te causará.

Elige la cama adecuada
La mejor opción es elegirla junto con el niño. Deja que elija la cama que más le guste. !Y haced de la mudanza un juego! La opción más cómoda es encontrar la cama adecuada por internet. Puedes echar un vistazo a multitud de extensos catálogos en los que seguro que encontrarás el modelo ideal sin salir de casa. Tendrás que esperar 2-3 días a que te la monten y la envíen a casa, ¡pero eso supone otra ventaja más para ti! Dedica esos días a crear un ambiente de expectativa alegre y planifícalo todo con tu hijo. ¡Será una maravilla cuando al final le llegue la cama de sus sueños! Es casi como esperar a los Reyes, pero créenos, convertir una tarea complicada en diversión hace milagros.

¿Por qué no una litera o una cama alta?
El único problema de dormir en las alturas es el que tienen los padres. Tienen miedo de que su niño sea demasiado pequeño, o de que caiga por la noche al rodar en la cama por encima de la barandilla. Sin embargo, cualquier niño de 3 años no tendrá dificultad alguna para dormir en este tipo de camas. Si en el parque escalan y se encaraman por todos lados, como si hubieran nacido para ello, ¿por qué iban a tener problemas con la escalerilla de una litera? Las barandillas son lo suficientemente altas para impedir que se caiga hasta el retono más revoltoso. En este caso, también es importante seleccionar un colchón de la altura adecuada para que la barandilla sea capaz de cumplir su función. En las tiendas de camas también se pueden comprar colchones compatibles cuya altura se adapte a la de las barandillas. Lógicamente, si tu hijo tiene la costumbre de levantarse por la noche para ir al baño, a beber o a tu cama, puedes olvidarte de comprar una litera. Sin embargo, la experiencia de muchos padres demuestra que los miedos son infundados y que los niños se manejan con estos modelos mucho mejor de lo que nos esperamos.

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